Orando con el Corazón

 












a.-La participación debe ser espontánea y voluntaria.


b.- Presentemos todos los problemas y dificultades que sintamos en esos momentos y que nos impiden entrar en oración.


c.- Entreguemos al Señor nuestro desánimo o nuestra aridez espiritual y todo nuestro cansancio físico o mental. 


d.- Pidamos al Señor nos ilumine para abrirle completamente nuestros corazones.


"Queridos hijos, hoy también deseo mostraros cuánto os amo. Pero me duele no poder ayudaros a cada uno a comprender mi amor. Por lo tanto, queridos hijos, os invito a la oración y al abandono total a Dios, porque Satanás quiere alejaros de Dios por medio de las cosas de todos los días y tomar el primer lugar en vuestras vidas. Por eso, queridos hijos, orad continuamente. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" (Mensaje del 16 de octubre de 1986).








1.-  Invocación al Espíritu Santo.



 El Espíritu Santo es quien nos guía siempre en el camino de la Santidad. San Pablo nos explica que no puede haber autentica oración sin la presencia del Espíritu en nosotros. En efecto, escribe: 



“El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad porque no sabemos orar como es debido; pero el Espíritu intercede por nosotros con gemidos inefables…” (Rm 8, 26-27) 




“Lo más importante es orar al Espíritu Santo para que descienda sobre vosotros. Cuando uno lo posee lo tiene todo. La gente se equivoca al invocar solamente a los Santos cuando piden algo” (Mensaje del 21 de octubre de 1983).






Recibid ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que os hago en este día para que os dignéis ser en adelante, en cada uno de los instantes de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza, y todo el amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reservas a vuestras divinas operaciones, y quiero ser siempre dócil a vuestras santas inspiraciones. 

¡Oh Santo Espíritu! Dignaos formarme con María y en María, según el modelo de vuestro amado Jesús. Gloria al Padre Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén




El sentido de la Oración al Espíritu Santo:


Nos ubica existencialmente en nuestra auténtica verdad

Nos orienta y ayuda a reencontrarnos con el sentido de nuestra vida (Principio y Fundamento)

Nos abaja para que el alma sea elevada a Dios

(Mencionar 2 o 3 enemigos de la oración)



Salmo 143, 1-12






2.- Purificación del corazón: Perdón y arrepentimiento. 


Mensaje, 22 de marzo de 1984


“¡Queridos hijos! Esta tarde en particular, Yo deseo invitarlos a ser perseverantes en las pruebas. Consideren cuánto sufre mi Hijo todavía hoy a causa de sus pecados. Por eso, cuando tengan sufrimientos, ofrézcanlos en sacrificio a Dios. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”




"Padre, he pecado contra el cielo y contra ti; ya no merezco llamarme hijo tuyo"

San Lucas (15, 1-3.11-32)





Del reconocimiento de nuestra condición de criaturas y la filiación, nos reencontramos con el amor de Dios- Padre, y nuestra ofensa, arrogancia, injusticia e indiferencia.



V.Gr.: Salmo 50  Miserere









3.- Oración con el corazón: Adoración, Alabanza, Gracias: 



Oración espontánea y voluntaria de Adoración, Alabanza y Acción de Gracias. 


Con nuestros corazones abiertos, expresemos a nuestro Dios nuestro amor por Él y lo que Él representa para nosotros. En este momento podemos aprovechar para darle gracias por todos los favores recibidos.



"¡Queridos hijos! Hoy os invito a todos a regocijaros continuamente por la vida que Dios os concede. Mis queridos hijos, regocijaos en Dios el Creador, porque Él os ha creado de manera tan maravillosa. Orad para que vuestras vidas estén llenas de una gozosa acción de gracias que brote desde vuestro corazón, como un río de alegría. Mis queridos hijos, dad incesantemente gracias a Dios por todo lo que poseemos, por cada pequeño don que Dios os ha concedido. De esa forma, la bendición gozosa de Dios descenderá siempre sobre vuestras vidas. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" (Mensaje del 25 de agosto de 1988).








Dios, Padre nuestro, en nombre de Tu Hijo Jesús, junto con María, Tu humilde sierva, la Reina de la Paz, queremos darte gracias por el amor que nos tienes. Queremos, sin embargo, pedirte ahora que el Espíritu Santo ilumine nuestro corazón, a fin de que podamos responder al llamado de María Santísima a la oración y que, en la oración, podamos abrirnos a Ti. Danos la gracia de poder reconocer de manera especial Tu amor por nosotros a través de las apariciones de María. (P SLAVKO)





4.- Oracion de Petición: Santo Rosario meditado (abierto a la oración de petición y de intercesión). 




Oración de Petición: fruto del don recibido de las manos de la Gospa, del amor de Dios por cada uno de nosotros y por la llamada que nos hizo el Señor a los que estan cansados y agobiados. María Santísima nos invita a dejarlo todo en las manos del Señor. Nos desprendemos de todo,  no solo de lo que nos preocupa, sino de toda la vida, sabiendo que quien cuido tan bien del mismo Dios, cuidará como nadie de nosotros, y que el Señor transformara el agua de la incertidumbre en el vino de la alegría y la confianza, por la súplica de la Reina de la Paz.


Dios Padre Nuestro...,Que a lo largo de toda nuestra vida podamos responder a Tu amor por nosotros. También Te pedimos por nuestras familias, llena los corazones de todas las madres y de todos los padres de familia, así como los de sus hijos, para que puedan renovar la oración y reconozcan Tu amor por ellos en la Sagrada Escritura. Que, como familias, puedan responder también al amor que Tú les tienes. Haz que entendamos Tu palabra y Tu amor y que ésta llegue a ser para nosotros la luz y la verdad. Danos a todos un nuevo corazón que sea semejante al corazón de María, para que también nosotros guardemos y reflexionemos activamente en Tu palabras. Te pedimos por todos los que sufren en este momento y que por ese motivo, pudiera dudar de Tu amor. Haz que el Espíritu Santo los ilumine y los conduzca a Ti, nuestro Padre bueno. En nombre de Tu Hijo Jesús y por intercesión de María Reina de la Paz, llévanos a todos al camino de la salvación, por Jesucristo Nuestro Señor. Amén (P Slavko)





Oración de Contemplación:  En los brazos de María, contemplamos el amor de Dios manifestado en sus misterios, en sus gestos, en sus palabras y en todo lo que nos dió a conocer en sus misiones y de su vida gloriosa.



 “Cuando oréis, no seáis charlatanes como los paganos, que creen ser escuchados en virtud a su locuacidad” (Mt 6,7).



Por su naturaleza, el rezo del Rosario exige un ritmo tranquilo y un reflexivo remanso que favorezca, en quien ora, la meditación de los misterios de la vida del Señor, vistos a través del corazón de Aquella que estuvo más cerca del Señor, y que desvelen su insondable riqueza. El Rosario es a la vez meditación y súplica. 


La plegaria insistente a la Madre de Dios se apoya en la confianza de que su materna intercesión lo puede todo ante el corazón de su Hijo. 


"¡Queridos hijos! Hoy os invito a comenzar a rezar el Rosario con una Fe viva, así podré ayudaros. Vosotros, queridos hijos, deseáis recibir gracias pero no oráis. Yo no puedo ayudaros porque vosotros no decidís actuar. Queridos hijos, os invito a rezar el Rosario de tal manera, que se convierta para vosotros en un compromiso que estéis dispuestos a cumplir con alegría. Así podréis comprender por qué estoy desde hace tanto tiempo con vosotros. Yo deseo enseñaros a orar. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" (Mensaje del 12 de junio de 1986).









5.-  Lectura del Mensaje del mes de Nuestra Madre María.


 Se lee el mensaje del mes, preferentemente el último o el del mes anterior, y después se hace una reflexión comunitaria, donde cada miembro voluntariamente puede compartir lo que le inspira o suscita el mensaje, o una parte de él que lo haya conmovido especialmente.


"¡Queridos hijos! Hoy os bendigo de una manera especial con mi bendición maternal e intercedo ante Dios por vosotros, para que Él os conceda el regalo de la conversión del corazón. Desde hace años, Yo os llamo y os exhorto a una vida espiritual profunda y a la simplicidad, pero vosotros sois tan fríos. Por eso, queridos hijitos, tomad en serio los mensajes y vividlos, para que vuestra alma no se entristezca cuando Yo no esté ya más con vosotros y cuando ya no os guíe como a niños indecisos en vuestros primeros pasos. Por eso, queridos hijos, leed cada día los mensajes que Yo os he dado y transformadlos en vida. Yo os amo y por eso os invito a todos al camino de la salvación con Dios. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" (Mensaje del 25 de diciembre de 1989).








Mensaje, 25 de diciembre de 1986


“¡Queridos hijos! También hoy doy gracias al Seor por todo lo que El está haciendo, de modo especial por la gracia de poder estar también hoy con ustedes. Queridos hijos, estos son días en los que el Padre ofrece gracias particulares a todos aquellos que le abren el corazón. Yo los bendigo y deseo que también ustedes, queridos hijos, conozcan las gracias de Dios y pongan todo a la disposición de Dios para que El sea glorificado a través de ustedes. Mi Corazón sigue atentamente cada uno de sus paso. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”





6.-  Lectura del Santo Evangelio. Se lee la lectura del domingo siguiente...


 Para prepararse durante el resto de la semana para la Pascua dominical que viene, se lee el Evangelio que corresponde al Domingo, pero también puede escogerse la lectura del día.


 Se puede hacer una reflexión comunitaria, en la que cada miembro voluntariamente comparte lo que le inspira el Santo Evangelio.


"¡Queridos hijos! Quiero que vosotros entendáis que Yo soy vuestra Madre, que Yo quiero ayudaros y llamaros a la oración. Solo por medio de la oración vosotros podéis entender y aceptar mis mensajes y ponerlos en práctica en vuestras vidas. Leed la Sagrada Escritura, vividla y orad para entender los signos de los tiempos. Estos son tiempos especiales. Por eso, Yo estoy con vosotros para atraeros a mi Corazón y al Corazón de mi Hijo Jesús. Queridos hijos, Yo quiero que vosotros seáis hijos de la luz y no de la oscuridad. Por tanto, vivid lo que Yo os estoy diciendo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!" (Mensaje del 25 de agosto de 1993).







San Lucas 11,1-13


Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos”.

Él les dijo entonces: “Cuando oren, digan: Padre, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano; perdona nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a aquellos que nos ofenden; y no nos dejes caer en la tentación”.

Jesús agregó: “Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: “Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle”, y desde adentro él le responde: “No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos”. 

Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.

También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá.

¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!”





Oración Final. Podemos hacer una oración final o canto a la Virgen. También podemos hacer la consagración a María Santísima o al Sagrado Corazón de Jesús.















 

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