Novena del Niño Dios Día 6

 



NOVENA NIÑO DIOS   DÍA 6

VEN SEÑOR JESÚS

Nueve días para preparar el pesebre en nuestro corazón


Día 6   ¡El que tenga oídos, que oiga!


Ya viene el Señor poderoso, y será llamado Emmanuel, porque Dios está con nosotros (Is. 7, 14).  Despierta, Señor, nuestro corazón y anímanos a preparar los caminos de tu Hijo unigénito, para que, por la gracia de su venida, podamos servirte con una vida santa. Amén 


Leamos el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 11, 11-15


Jesús dijo a la multitud:

Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él.

Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente, y los violentos intentan arrebatarlo. Porque todos los Profetas, lo mismo que la Ley, han profetizado hasta Juan. Y si ustedes quieren creerme, él es aquel Elías que debe volver.

¡El que tenga oídos, que oiga!.



Reflexionemos: Que resida, pues, en todos el alma de María, y que esta alma proclame la grandeza del Señor; que resida en todos el espíritu de María, y que este espíritu se alegre en Dios; porque, si bien según la carne hay sólo una madre de Cristo, según la fe Cristo es fruto de todos nosotros, pues todo aquel que se conserva puro y vive alejado de los vicios, guardando íntegra la castidad, puede concebir en sí la Palabra de Dios». (San Ambrosio)

Porque,  como dice san Juan:  En esto hemos conocido la caridad de Dios,  en que puso él su vida por nosotros.  1 Jn 3,  16. Se manifestó,  pues,  el amor de Dios,  y se manifestó a todos,  ómnibus hominibus.  Pero ¿por qué después no le han conocido todos,  y todavía hay tantos que no le conocen?  El mismo Jesucristo da la razón:  Porque los hombres amaron más la tinieblas que la luz. Jn. 3, 19.  No le han conocido ni conocen,  porque no quieren,  estimando en más las tinieblas del pecado,  que la luz de la gracia. 

Procuremos no ser del número de estos infelices.  Si hasta aquí hemos cerrado los ojos a la luz,  pensando poco en el amor de Jesucristo,  procuremos en los días que nos restan de vida tener siempre delante la vista las penas y la muerte de nuestro Redentor,  para amar a quién tanto nos ha amado,  “aguardando entre tanto la esperanza bienaventurada y el advenimiento glorioso del gran Dios y Salvador nuestro Jesucristo”. (San Alfonso Mª Ligorio)



La Reina de la Paz nos llama:

“¡Queridos hijos! Escuchen, porque deseo hablarles e invitarlos a tener más fe y confianza en Dios que los ama inconmesurablemente. Hijitos, ustedes no saben vivir en gracia de Dios, por eso los llamo a todos de nuevo a llevar la palabra de Dios en sus corazones y en sus pensamientos. Hijitos, pongan la Sagrada Escritura en un lugar visible en sus familias, léanla y vívanla. Enseñen a sus hijos, porque si ustedes no son un ejemplo para ellos, los hijos se irán por el camino de la impiedad. Reflexionen y oren, y entonces Dios nacerá en sus corazones y sus corazones estarán gozosos. Gracias por haber respondido a mi llamado! ”   (Mensaje, 25 de agosto de 1996)



Oremos con el Padre Slavko:

Dios, Padre nuestro, gracias porque Tú eres nuestro Padre y porque nos has llamado a ser Tus hijos. Gracias porque nos has revelado Tu amor por medio de Jesucristo, Tu Hijo, que se hizo hombre. Te alabamos por la misericordia que nos has mostrado en El. Te damos gracias porque nos has prometido enviarnos a Tu Espíritu Santo y especialmente por habernos enviado a María para que pueda guiarnos en este tiempo de gracia. Te pedimos, oh Dios, Padre nuestro, que abras nuestros corazones y nos liberes de todo lo que nos cierra a Ti. Danos la gracia de regocijarnos con Tu Palabra. Danos la gracia de poder entenderla y aceptar Tu voluntad sin miedo. Especialmente, Te pedimos que abras los corazones de todos los cristianos bautizados a Tu Palabra durante este Adviento, a fin de que podamos ser muy conscientes de que Tú nos has enviado al mundo a mostrar a otros Tu amor. Danos la fortaleza de vivir con nuestras manos gozosamente extendidas, para que quienes no Te conocen puedan llegar a hacerlo. Danos la gracia de ser siempre conscientes, en cualquier situación, que somos cristianos y amarte por sobre todas las cosas.

(Fray Slavko, Medjugorje, Noviembre 27 de 1997)



Credo, Padre Nuestro, Ave María y Gloria 7 veces.



Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

 Lc 1, 46-55


Proclama mi alma la grandeza del Señor,

se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;

porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,

porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:

su nombre es santo,

y su misericordia llega a sus fieles

de generación en generación.

El hace proezas con su brazo:

dispersa a los soberbios de corazón,

derriba del trono a los poderosos

y enaltece a los humildes,

a los hambrientos los colma de bienes

y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo,

acordándose de su misericordia

—como lo había prometido a nuestros padres—

en favor de Abraham y su descendencia por siempre.


Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.



ORACION

Que tu gracia, Señor, nos prepare y nos acompañe siempre a los que esperamos anhelantes la venida de tu Hijo, a fin de que obtengamos los auxilios nicesarios para la vida presente y para llegar con felicidad a la futura. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén






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