Mensaje, 24 de mayo de 1984
“¡Queridos hijos! Ya les he dicho que Yo los he escogido de manera especial tal y como son. Yo soy la Madre que los ama a todos. En esos momentos en que las cosas se pongan difíciles, no tengan miedo. Porque Yo los amo también cuando están lejos de Mí y de mi Hijo. Les ruego que no permitan que mi Corazón llore lágrimas de sangre a causa de las almas que se pierden en el pecado. Por lo tanto, queridos hijos, oren, oren, oren! ”
Acabamos de escuchar (o vamos a escuchar...)
"Ya no pueden morir, porque son semejantes a los ángeles y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección."
"Que los muertos van a resucitar, Moisés lo ha dado a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor “el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob”. Porque Él no es un Dios de muertos, sino de vivientes; todos, en efecto, viven para Él”.
Mensaje Reina de la Paz 25 de octubre de 2022
«Queridos hijos, el Altísimo me permite estar con ustedes, y ser su alegría y camino en la esperanza, porque la humanidad se ha decidido por la muerte. Por eso Él me ha enviado a enseñarles que sin Dios no tienen futuro. Hijitos, sean instrumentos de amor para todos los que no han conocido al Dios del amor. Testimonien con alegría su fe y no pierdan la esperanza en el cambio del corazón humano. Yo estoy con ustedes y los bendigo con mi bendición maternal. Gracias por haber respondido a mi llamado».
La Introducción:
Un rústico boceto de un desarrollo:
El rezo del Santo Rosario, bajo el impulso que concede el Espiritu Santo, es uno de los mejores esfuerzos que puede hacer la voluntad humana, guiada por la verdad de la fe, por la devoción y la convicción de que es una respuesta a la petición de la Gospa, transformándose en un verdadero ejercicio espiritual cotidiano, en la medida que la súplica y el rezo, que ya es una síntesis de la fe y la espiritualidad, recorriendo los misterios de la vida de Nuestro Divino Redentor. De esa manera, comienza la mente a detenerse en los gestos, las palabras y la vida de Cristo, reconociéndolo con el auxilio Divino como que el Verbo Encarnado que viene a acampar entre nosotros y por esa luz en Cristo para nuestro entendimiento, podemos reconocer como Madre nuestra a la Madre del Señor.
En este proceso ascético, memoria y el razonamiento se van purificando de los rastrojos que ha dejado el pecado y las heridas y trancas en la memoria y la propia historia por el caminar sobre tierra no santificada por la presencia de Dios.
Palabra de Dios y Santo Rosario
Hay que sacudir esa tierra del andar y caminar tibios y distantes del Señor, y por el pequeño esfuerzo cotidiano del Rosario las potencias superiores van rompiendo las cadenas que les tiene sometidas a las pasiones desordenas de las potencias inferiores, y para ir desgarrando las malas inclinaciones, y los malos hábitos, por el ejercicio del ayuno, y por las batallas que hay que dar para abrazar las privaciones voluntrias, nuestro corazón se va liberando de las redes de la tibieza , la desidia y el desgano, buscando un remanso o una pradera donde se encuentren verdes praderas con las que saciar y llenar el vacio interior que antes se disimulaban con habitos, rutinas, prácticas y santa costumbres,que por nuestra mala disposición muchas veces terminaron vaciándose de sentido.
“...No estáis orando al Espíritu Santo para que os ilumine.
Hijos míos, la soberbia se está imponiendo. Yo os muestro la
humildad. Hijos míos, recordad: sólo un alma humilde
resplandece de pureza y belleza, porque ha conocido el amor
de Dios. Sólo un alma humilde se convierte en un paraíso
porque en ella está Mi Hijo...” (2 de Febrero 2012)
Entonces el entendimiento en los versículos del Evangelio encuentra sosiego, luz que disipa la confusión y calma las ansiedades, y otorga al corazon la quietud interior, por el conocimiento de la Bondad y el Amor del Señor.
Con el paso del tiempo, en la medida en que nuestra soberbia vaya disminuyendo, abandonando el trono de la vanidad, la suficiencia y el cálculo, hasta encontarnos con la mano que nos absuelve y nos levanta en el confesionario, donde reconocemos al Buen Samaritano que nos encuentra, y nos cura las heridas, y nos lleva al refugio de la gracia, comenzamos con Él un diálogo espontaneo fraterno, filial, sencillo y poderoso, en la oración de entrega, de Adoración, de Amor y de reparación..., de confidencia, preguntas y respuestas silenciosas, en el que siempre habia insistido el Señor, pero solo después de dejar los ruidos de la mente y el corazón, abandonando nosotros el trono que nos habiamos construido, con nuestros proyectitos automesiánicos y mundanos,y le cedemos el lugar a Cristo, para que Él nos gobierne con su Divina Voluntad, el Señor instaura su propio Trono, pero que es distinto al que nosotros teniamos en mente; es el trono que Él escogió en su plan eterno, el de la inmolación, el del Sacrificio del primogénito, del Holocausto del Cordero en el Madero de la Cruz, en la presencia Real del Verbo Encarnado, aspergando con su Sangre desde su corazón abierto nuestras vidas en el altar Eucarístico e inflamnándonos del fuego de caridad de su Corazón, en nuestra almas, en la Adoración y en la visita al Santísimo Sacramento.
“...Mi amor os envolverá como un manto, y hará de vosotros
apóstoles de mi luz –la luz de Dios. Con el amor que proviene
de la humildad, llevaréis la luz donde reina la oscuridad –la
ceguera. Llevaréis a mi Hijo, que es la luz del mundo. Yo estoy
siempre con vuestros pastores, y oro para que siempre sean
ejemplo de humildad para vosotros. ¡Os doy las gracias! ”
(Mensaje, 2 de Julio, 2014)
Rosario, Ayuno, Oración, Palabra de Dios, Confesión, Eucaristía-Adoración, las piedrecitas para vencer el Goliat, en la escuela de Santidad y amor Materno, son más que prácticas exteriores que nos identifican coon algún movimiento, son más bien hitos en la vida, estaciones en un itinirario, etapas de un camino de la vida nueva en Cristo, vida en abundancia, vida eterna, del cielo en la tierra... en la que el Corazón Materno de María Santisima viene a dar cumplimiento a la instauración del Reinado de su Inmaculado Corazón que preparó desde el Pilar, abriendo los horizontes de la gracia y la fe en Guadalupe, nos convocó a la conversión y vida de Gracia el Lourdes y comenzó en Fátima, venciendo con su humildad nuestras arrogancias con las que nosotros mismos, los fieles de la Iglesia opacamos el respandor del Evangelio y el poder de la gracia ante un mundo incrédulo...
“...Mi Hijo amado siempre ha orado y glorificado al Padre
Celestial. Siempre le ha dicho todo a Él y ha confiado en Su
voluntad. Es lo que vosotros, hijos míos, también deberíais
hacer, porque el Padre Celestial siempre escucha a sus hijos.
Un corazón en un corazón – amor, luz y vida. El Padre Celestial se ha dado mediante un rostro humano, y ese rostro es el rostro de mi Hijo...”
(Mensaje del 2 de noviembre de 2019)
La Gospa, coloca el cetro de su humildad y sencillez, quedándose en silencio como una Madre, modesta, pura, abnegada y contamplativa, amando y adorando a su Hijo, mirándonos y extiendo sus manos maternales, santas e inundadas de gracia, para implorar por nosotros al Padre, para que seamos plenamente del Hijo inflamados del Espíritu Santo, y nos convoca con cada Mensaje a profundizar , comprender, amar y anunciar el plan de salvación, a decidirnos por el Señor, a vencer nuestro Goliat, e intaurar el Reino de Paz, de gracia, justicia y santidad del Corazón de Jesús.
“...Apóstoles de mi amor, guiados por el amor a mi Hijo,
llevad amor y paz a todos vuestros hermanos. No juzguéis a
nadie. Amad a cada uno mediante el amor de mi Hijo. De esta
manera, estaréis cuidando vuestra alma: es lo más precioso
que os pertenece verdaderamente...”
(Mensaje 2 de Noviembre 20019)
«Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán en herencia la tierra.» Mansos son aquellos que insisten en el bien a pesar de las exigencias injustas del mundo, los que no no se inclinan por las metodologias del mal, no juzgan por apariencias, no aceptan el falso testimonio o la murmuración de otros, no reaccionan con desprecios ni miradas despectivas, no desprecian la virtud no aprecian la conveniencias egoistas y oportunistas y vencen las malas acciones con las buenas obras del espíritu (de sermone Domini, 1,2).
Pelean los que no son mansos y se disputan las cosas temporales, pero siempre vencerán serán y serán bienaventurados los humildes, porque ellos heredarán una tierra de donde nadie los podrá arrojar. Aquella tierra de la que se dice en el salmo: “Mi riqueza está en la tierra de los vivos” (Sal 140,6).
Esto significa cierta estabilidad de la eterna herencia, donde el alma descansa por el buen afecto como en su propio lugar. Así como el cuerpo descansa en la tierra y de allí saca su alimento, la misma es el descanso y la vida de los santos (de sermone Domini, 1,2).
«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios.» Es la paz la tranquilidad del orden y el orden es la disposición por medio de la cual se concede a cada uno su lugar... (San Agustín, de civitate Dei, 19, 13).
Esto es "recapitular todas las cosas en Cristo..."
(Ef. 1, 10)
Y esta paz causada por el orden interior que produce el Espíritu Santo en el alma, por la Escuela de Santidad de la Reina de la Paz, es el instrumento más poderso para lograr la Paz en la familia, en las comunidades, en los pueblos y en las naciones.
Dice la Vidente Marija: "Nuestra Señora nos está ayudando a ser instrumentos, ya que es para todos aquellos que no han conocido al Dios del amor. Nos dice que volvamos a Dios que está con nosotros, Él es el Dios de la alegría, del amor, de la esperanza, el Dios de la paz..."
Repasemos:
“...La primera estación en este camino, queridos hijos , es la
Confesión. Renunciad a vuestro orgullo y arrodillaos delante de mi Hijo...” (Mensaje, 2 de julio de 2007)
La Palabra de Dios, centro y pilar del hogar:
“...El Espíritu Santo, que los renovará, entre en sus familias por la oración y la lectura de la Sagrada Escritura. Así ustedes
llegarán a ser educadores de la fe en vuestra familia...”
(Mensaje 25 de Abril del 2005)
Constantes con las 5 piedras:
La Oración con el corazón, el Ayuno, la Confesión, la Eucaristía y la lectura de la Biblia
“...Queridos hijos, les ruego, entreguen al Señor todo su
pasado, todo el mal que se ha acumulado en sus corazones. Yo
deseo que cada uno de ustedes sea feliz, pero con el pecado
nadie puede serlo. Por tanto, queridos hijos, oren y en la
oración, ustedes conocerán el nuevo camino del gozo...”
(Mensaje 25 de Febrero de 1987)
Decidirse por la Santidad:
“¡Queridos hijos! Hoy, los invito a todos a decidirse por la
santidad. Que para ustedes, hijiitos, la santidad esté siempre
en primer lugar en vuestros pensamientos, en toda situación,
en vuestro trabajo y en vuestras palabras. (Mensaje 25 de
gesto, 2001)
Marija dice: "Las iglesias están vacías porque los cristianos tenemos miedo, no amamos, ya no adoramos a Jesús sobre todo, por lo que nos invita a “Testimoniar vuestra fe con alegría y no perder la esperanza en un cambio del corazón humano..."
"... Yo estaré con vosotros, basta con que me digáis:
“Aquí estamos Madre, guíanos”.
(Mensaje 2 de Mayo, 2009)
Comentarios
Publicar un comentario