NOVENA NIÑO DIOS DÍA 8

 



NOVENA NIÑO DIOS   DÍA 8


VEN SEÑOR JESÚS


Nueve días para preparar el pesebre en nuestro corazón



Día 8   ¡Recuperó el habla!



Dice el libro de Isaias (45, 8): “Envíen los cielos el rocío de lo alto, y las nubes derramen la justicia. Abrase la tierra y brote el Salvador”.   Con confianza te imploramos, Señor, que derrames tu gracia en nuestros corazones, y ya que hemos conocido por el anuncio del Ángel la encarnación de tu Hijo Jesucristo, condúcenos por su Pasión y su Cruz, a la gloria de la resurrección.  Que cuanto más se acerca el alegre día de la salvación, tanto más se acreciente nuestro fervor para celebrar dignamente el misterio del nacimiento de tu Hijo. Amén.






Leamos el Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según San Lucas 1, 57-66. 80

Cuando llegó el tiempo en que Isabel debía ser madre, dio a luz un hijo. Al enterarse sus vecinos y parientes de la gran misericordia con que Dios la había tratado, se alegraban con ella.
A los ocho días, se reunieron para circuncidar al niño, y querían llamarlo Zacarías, como su padre; pero la madre dijo: “No, debe llamarse Juan”.
Ellos le decían: “No hay nadie en tu familia que lleve ese nombre”.
Entonces preguntaron por señas al padre qué nombre quería que le pusieran. Éste pidió una pizarra y escribió: “Su nombre es Juan”.
Todos quedaron admirados. Y en ese mismo momento, Zacarías recuperó el habla y comenzó a alabar a Dios.
Este acontecimiento produjo una gran impresión entre la gente de los alrededores, y se lo comentaba en toda la región montañosa de Judea. Todos los que se enteraron guardaban este recuerdo en su corazón y se decían: “¿Que llegará a ser este niño?” Porque la mano del Señor estaba con él.
El niño iba creciendo y se fortalecía en su espíritu; y vivió en lugares desiertos hasta el día en que se manifestó a Israel.






Reflexionemos: El Señor quiso retardar el parto de Isabel para que aumentase la alegría y aquella mujer se hiciese más célebre. Por lo cual sigue: "Y oyeron sus vecinos". Los que habían conocido su esterilidad fueron testigos de la gracia divina. Ninguno se marchaba en silencio después de haber visto al infante, sino que alababan a Dios porque lo había concedido de un modo inesperado. Así como los que se asocian con los reyes son los que están más cerca de ellos, así San Juan, siendo amigo del esposo, fue quien precedió de cerca su venida. Esto es lo que se añade: "Porque irás delante del Señor a preparar sus caminos". Otros profetas anunciaron con mucha anticipación el misterio de Cristo, pero éste lo anunció tan inmediato, que él mismo lo vería y daría a conocer a los demás.  (San Juan Crisóstomo)

Dios, bueno y fácil en perdonar los pecados, no sólo restituye lo quitado, sino que concede además bienes inesperados. Ninguno, pues, desconfíe. Ninguno, recordando sus antiguos delitos, desespere de los premios de Dios. Dios sabe mudar su sentencia si tú sabes enmendar tu pecado. Por ello se dice: "Y Zacarías fue lleno del Espíritu Santo".  (San Ambrosio)






La Reina de la Paz nos llama:

“¡Queridos hijos! Deseo compartir con ustedes mi gozo. En mi Corazón Inmaculado siento que son muchos los que se me han acercado y que llevan de una manera especial en sus corazones la victoria de mi Corazón Inmaculado, al orar y convertirse. Deseo agradecerles y alentarlos, para que con el amor y la fuerza del Espíritu Santo trabajen aún más para Dios y Su reino. Yo estoy con ustedes y los bendigo con mi bendición maternal. (Gracias por haber respondido a mi llamado!”   (Mensaje, 25 de agosto de 2000)







Oremos con el Padre Slavko:

Dios, Padre nuestro, gracias porque Tú eres nuestro Padre y porque nos has llamado a ser Tus hijos. Gracias porque nos has revelado Tu amor por medio de Jesucristo, Tu Hijo, que se hizo hombre. Te alabamos por la misericordia que nos has mostrado en El. Te damos gracias porque nos has prometido enviarnos a Tu Espíritu Santo y especialmente por habernos enviado a María para que pueda guiarnos en este tiempo de gracia. Te pedimos, oh Dios, Padre nuestro, que abras nuestros corazones y nos liberes de todo lo que nos cierra a Ti. Danos la gracia de regocijarnos con Tu Palabra. Danos la gracia de poder entenderla y aceptar Tu voluntad sin miedo. Especialmente, Te pedimos que abras los corazones de todos los cristianos bautizados a Tu Palabra durante este Adviento, a fin de que podamos ser muy conscientes de que Tú nos has enviado al mundo a mostrar a otros Tu amor. Danos la fortaleza de vivir con nuestras manos gozosamente extendidas, para que quienes no Te conocen puedan llegar a hacerlo. Danos la gracia de ser siempre conscientes, en cualquier situación, que somos cristianos y amarte por sobre todas las cosas.
(Fray Slavko, Medjugorje, Noviembre 27 de 1997)




Credo, Padre Nuestro, Ave María y Gloria 7 veces.



Cántico de María. ALEGRÍA DEL ALMA EN EL SEÑOR

 Lc 1, 46-55


Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
El hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
—como lo había prometido a nuestros padres—
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.




ORACION

Que tu gracia, Señor, nos prepare y nos acompañe siempre a los que esperamos anhelantes la venida de tu Hijo, a fin de que obtengamos los auxilios necesarios para la vida presente y para llegar con felicidad a la futura. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén














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